Imagínese esto… tiene una botella de cristal vacía con una tapa de plástico. La botella se puede reciclar, pero la tapa no, pero te dices: “es tan pequeña que nadie se dará cuenta”. O no estás seguro de en qué contenedor de reciclaje va, pero sabes que reciclar es mejor para el medio ambiente que tirar cosas a la basura, así que optas por el contenedor azul. Es suficiente, ¿verdad?
Por desgracia, reciclar correctamente es muy confuso y a veces incluso difícil de hacer en algunos lugares. Reciclar sin saber realmente o sin tomarse el tiempo necesario para saber adónde van a parar las cosas se llama “ciclismo de los deseos“, y puede causar más daños que beneficios.
Pero está en el contenedor azul, ¿cómo es que eso causa más mal?
Hay algunos problemas medioambientales críticos que causa el ciclismo de los deseos. El reciclaje de deseos supone una pérdida de tiempo y dinero, e incluso puede generar más residuos.
El tiempo es crucial para las plantas de reciclaje: tratar de mantener el ritmo del desbordamiento de productos usados y rescatar suficientes productos utilizables para distribuirlos y convertirlos en nuevos productos es muy exigente para los trabajadores. Además, tener que revisar todas y cada una de las botellas y envases que pasan por la planta y filtrar lo que se puede reciclar hace que el trabajo, ya de por sí tedioso, sea mucho más engorroso.
Esto puede provocar atascos y bloqueos en las máquinas, deteniendo el flujo y la salida del producto. Las plantas de reciclaje suelen financiarse con dinero de los contribuyentes y fondos federales, por lo que cualquier interrupción en las mismas también perjudica a nuestros bolsillos. Con máquinas atascadas y empleados con exceso de trabajo, en el peor de los casos estos materiales acaban tirándose y terminan en los vertederos, lo que pone fin al viaje de reciclaje de estos productos.
Si no es ahora, ¿cuándo?
Nuestros vertederos rebosan desde hace décadas, y el ritmo de fabricación de productos no ha disminuido ni un ápice. Si no encontramos soluciones para reducir nuestros residuos, nuestro planeta pronto será tóxico y inhabitable.
- Entender los números que aparecen en el fondo de las botellas. Las empresas han colocado etiquetas de reciclaje en los productos durante las últimas décadas; sin embargo, como cada vez se fabrican más productos con materiales diferentes, las cifras pueden resultar algo confusas. Aquí hay un enlace que explica exactamente lo que significan todos esos números.
- Conozca o revise la guía de reciclaje de su localidad. Cada ciudad y región tiene leyes y prácticas diferentes sobre lo que se puede reciclar, lo que no ayuda a resolver el problema del reciclaje de los deseos y lo hace aún más confuso. Asegurarse de que comprende perfectamente qué se puede y qué no se puede reciclar en su zona es extremadamente útil para nuestras plantas de reciclaje y para nuestro planeta.
- Encuentre recursos que le ayuden a reciclar productos complicados. Algunas ciudades disponen de centros presenciales de entrega de material reciclado que admiten incluso los productos más dinámicos. Los centros presenciales suelen tener más opciones de reciclaje que los dos contenedores que se ven al lado de una esquina y pueden eliminar correctamente todos los productos. Si no tienes un centro de reciclaje cerca, existen recursos en línea como TerraCycle que pueden ayudarte a localizar dónde reciclar adecuadamente productos antiguos o únicos.