Según la NOAA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en junio de 2021 se registraron las temperaturas más altas del territorio continental de EE.UU. Julio fue el mes más caluroso registrado en la Tierra en los últimos 150 años. La Columbia Británica y Grecia están ardiendo mientras usted lee esto, y se espera que Inglaterra sufra temperaturas abrasadoras el mes que viene.
Da miedo, ¿verdad? Los científicos nunca habían visto esto antes, y la Tierra nunca ha experimentado este tipo de estrés medioambiental en toda nuestra vida. Una ola de calor de esta intensidad es nueva para todos nosotros.
¿Qué es una ola de calor?
Las olas de calor son fenómenos meteorológicos que registran temperaturas inusualmente altas durante un periodo de tiempo. Estas altas temperaturas son muy peligrosas y, dependiendo de su ubicación, pueden provocar situaciones que pongan en peligro la vida. Cuando aumenta la presión atmosférica, el aire no fluye con tanta facilidad y atrapa el calor. Las olas de calor se deben tanto al cambio climático natural como al provocado por el hombre. En cuanto al cambio climático, cuantos más gases y contaminación lleguen a la atmósfera, mayor será la presión, lo que significa que las temperaturas más altas serán más frecuentes.
Las olas de calor son peligrosas tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Para los seres humanos, la humedad elevada y las altas temperaturas afectan al sistema de autorrefrigeración del cuerpo. El cuerpo suda de forma natural para regularse y enfriarse. Sin embargo, cuando la temperatura exterior es demasiado “húmeda”, el sudor no puede evaporarse, lo que significa que el sudor producido no puede enfriar completamente el cuerpo, haciéndolo sentir más caliente. En temperaturas extremas, esto puede ser mortal.
Para el medio ambiente, unas temperaturas más altas significan una peor calidad del aire. Los contaminantes y las sustancias químicas prosperan a altas temperaturas y se propagan mucho más fácilmente durante las olas de calor. La vegetación y los bosques se vuelven propensos a los incendios, las carreteras se agrietan, las infraestructuras se debilitan y la fauna se ve afectada del mismo modo que nosotros. Este aumento de la presión sobre el medio ambiente altera el equilibrio natural de un ecosistema y supone una amenaza para la mayoría de los sistemas biológicos naturales, lo que puede provocar problemas y catástrofes naturales aún mayores.
Esto es lo que podemos esperar en el futuro. El último informe del IPCC sobre la crisis climática de la ONU muestra que los próximos años van a ser igual de calurosos. Si las grandes empresas y los países altamente contaminantes no se comprometen a reducir las emisiones y a eliminar la quema de combustibles fósiles, nuestra atmósfera seguirá enturbiándose y las temperaturas seguirán subiendo. Esta puede convertirse en nuestra nueva realidad.
Si las emisiones continúan, veremos otro aumento de 2 grados centígrados en la temperatura para el año 2035. No parece mucho, pero será perjudicial para la fauna, los cultivos y el medio marino. Las capas de hielo se derretirán, provocando grandes inundaciones en todo el planeta. Las catástrofes naturales serán cada vez más frecuentes e intensas. La calidad del aire será tan mala que le costará dar un paseo.
El planeta está cambiando y debemos ser conscientes de lo que nos espera en las próximas décadas. Educarse a uno mismo y a los demás es una de las mejores formas de concienciarse sobre cómo prevenir o no prolongar las grandes catástrofes medioambientales.
Si desea mantenerse informado, conocer la actual ola de calor mundial y otras noticias sobre el cambio climático, lea InsideClimateNews.org. Además, el Centro de Soluciones Climáticas y Energéticas tiene muchos recursos útiles para informarse de lo que ocurre en todo el mundo. Es una gran herramienta de concienciación sobre cómo reducir la huella de carbono y ayudar a enfriar el planeta.