Cuando utilizamos las palabras “Ciencias Ambientales ” y “Salud Ambiental “, pensamos en lo verdes que son nuestros árboles y lo azules que son los océanos. Lo que mucha gente no sabe es que gran parte de la salud ambiental va de la mano de la salud humana. La exposición a un bosque con árboles frondosos y el sonido de los pájaros nos hace sentir más relajados y satisfechos. A su vez, cuando los humanos somos felices y llevamos un estilo de vida saludable, generamos menos contaminación y podemos disfrutar de las cosas que ofrece el planeta.
Profundicemos en el impacto del medio ambiente en la salud humana.
Casi todos los riesgos medioambientales tienen algún tipo de repercusión en la salud humana. Las pequeñas perturbaciones ambientales, como las malas condiciones meteorológicas (humedad y niebla), pueden provocar malestar y fatiga, afectando negativamente a nuestro estado de ánimo general. Elementos más graves, como el uso de pesticidas y la escorrentía de plantas de residuos y obras de construcción, introducen sustancias químicas y toxinas en nuestros alimentos y agua. Las enfermedades mortales están directamente relacionadas con la salud de nuestros cultivos y de la fauna salvaje. Todo lo que hacemos en nuestro día a día interactúa con el medio ambiente. Cuanto más degrademos el medio ambiente con la contaminación, la deforestación y la sobreexplotación, más repercutirá en nuestra propia salud mental y física. Es muy importante comprender que la forma en que tratamos el medio ambiente también nos afecta a nosotros.
El medio ambiente no se limita a las condiciones biológicas de plantas y animales, también incluye nuestro entorno construido. Nuestras grandes ciudades y zonas urbanas contribuyen mucho al estado de nuestra salud mental y física. Cuando nuestra salud mental se ve comprometida, nuestra productividad general disminuye. Por ejemplo, compare cómo se sentiría trabajando en un cubículo, en una oficina poco iluminada, sin ventanas ni luz natural, frente a cómo se sentiría si pudiera sentarse fuera y trabajar en un banco del parque o tener acceso a dar un paseo por el parque en su descanso y sumergirse en la naturaleza. Apuesto a que el segundo escenario suena mucho más atractivo y mucho menos estresante. El entorno no es algo que mucha gente tenga en cuenta a la hora de diseñar un lugar de trabajo, pero puede marcar una gran diferencia a largo plazo. Salir a pasear o sentarse en un banco del parque puede resultar difícil para algunas personas en determinados trabajos, dependiendo de su horario y ubicación; sin embargo, es muy importante encontrar el equilibrio dentro de la vida laboral para evitar cualquier signo de agotamiento o desconexión con la naturaleza y el medio ambiente.
Si no es ahora, ¿cuándo?
He aquí algunos ejemplos de formas de incorporar el entorno natural a su estilo de vida y utilizarlo en su beneficio.
– Encuentra tiempo para pasear por un parque o un bosque. Es muy fácil que nuestros días se mezclen cuando hacemos las mismas cosas repetidamente, por lo que dedicar tiempo a la naturaleza puede ayudar a resetear y relajar la mente después de un día ajetreado.
– Hazte voluntario o visita una granja. Esto puede ayudarle a ampliar su perspectiva sobre el mundo de la alimentación y la agricultura si puede saber de dónde proceden sus alimentos, y los alimentos cultivados localmente pueden alimentar su cuerpo.
– Visite un vivero e infórmese sobre nuevas plantas, o incluso cree un huerto en su jardín. Aprender cómo crecen las cosas y ser capaz de cuidar de otros organismos vivos puede ser una escapada relajante de nuestras ajetreadas vidas digitales.